En el proceso de pintura a mano de cerámica hay que seguir siempre un orden que comienza con el bañado en esmalte base de las losetas de barro cocido. Luego de limpiar bien los bordes y la base para evitar que se peguen al fundir los esmaltes, se colocan sobre una base y bien se dibuja a mano alzada o cuando es un motivo repetitivo, se hace una plantilla y se pasa el estarcido.
En esta técnica » sobre cubierta», se pinta con óxidos metálicos. Primero se rellenan las superficies que corresponden a las distintas partes del dibujo, se matizan con distintas intensidades dándole mas o menos fuerza al color para acentuar algunas partes que se quieran realzar.
Por último y para destacar las distintas partes del diseño que estemos pintando, pasamos a perfilar siempre con tonos oscuros todos los contornos del dibujo, logrando de esta forma crear volúmenes y contrastes.
Os muestro parte del proceso de pintura de un pequeño retablo religioso de la Virgen de Monserrat.
El diseño es de los propios clientes y está destinado a ser un regalo para una boda.
Este es el resultado al pasar por el horno. Los colores de los esmaltes ya brillan con toda su intensidad.
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Preciosa esta Virgen de Montserrat, símbolo catalán por excelencia. Muy conseguida y con un punto estupendo de técnica. Es curioso cómo el fuego transforma los trabajos de cerámica hecha a mano y cómo ese polvillo, todavía sin brillo cuando se pinta, adquiere todo su esplendor tras cocer las piezas. Un gran trabajo sin duda.
Me encanta. Gracias por compartir el proceso de elaboración. Muy interesante. Lo tendré en cuenta si necesito algo de cerámica bien hecha.